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¿Cómo competir en un mundo en el que parece que nadie quiere competir?

Carlos Mario Betancur González

Ingeniero Civil, Universidad Nacional, 1993

Especialista en Gerencia de Proyectos, EAFIT 2009 MBA, EAFIT 2016

Resumen:

En un mundo donde muchos evitan competir mediante prácticas poco éticas, el presente texto pretende destacar cinco pilares clave para el éxito empresarial sostenible: Lograr la preferencia del cliente mediante el desarrollo de ventajas competitivas únicas; ser un empleador referente basando la atracción y retención de talento en una batería de valores auténticos y un clima laboral inspirador; ser artífice del desarrollo de sus proveedores estratégicos para fortalecer la cadena de valor; la atracción de inversionistas con base en un gobierno corporativo transparente; y la construcción de relaciones con comunidades basadas en responsabilidad social. Estos pilares aparecen en la actualidad como los principales caminos en la búsqueda del éxito empresarial. La base es la libre competencia, la innovación y unos valores tan auténticos como sólidos. El éxito no es para quienes buscan atajos, sino para quienes construyen con integridad, perseverancia y visión de largo plazo.

Palabras clave: ventaja competitiva, valores, cadena de valor, talento humano, estrategia

 Pareciera que hoy nadie quiere competir; actualmente algunos prefieren asegurar el resultado sin enfrentar el estrés que implica la competencia, ni el riesgo de perder. Es común ver gobiernos en todas las latitudes que se aferran al poder y usan cualquier herramienta para evitar que sus contrarios se los arrebaten, equipos deportivos que obtienen triunfos y títulos de forma poco transparente, empresas que se agrupan en carteles para fijar precios y eliminar competidores o entidades públicas que recurren a maniobras para adjudicar contratos a sus «amigos», evadiendo procesos de licitación ¿Será que el ánimo de competencia leal se ha desvanecido en el mundo?

Esta actitud de eludir la competencia se ha extendido en muchos ámbitos, pero en este artículo solo me centraré en el ámbito empresarial. Existen formas legítimas de ganar mercado, superar competidores y conquistar clientes. Y aunque son los caminos más difíciles, también es cierto que son los más satisfactorios y, sobre todo, los únicos verdaderamente sostenibles.

Las empresas no solo compiten por clientes, también lo hacen por atraer el mejor talento, por incorporar proveedores eficientes y por captar inversionistas y a los fondos de capital. Es una lucha permanente por todos los flancos de la organización ¿Cómo lograrlo?. A continuación algunas claves para construir los cinco pilares de la competitividad y la sostenibilidad empresariales.

Claves para competir con éxito.

  1. Preferencia de los clientes. Para lograr la preferencia de los clientes definitivamente hay que ser competitivo (algo tan obvio pero ausente en el “mindset” de muchos empresarios); para poder competir bien es necesario el desarrollo de ventajas competitivas únicas o al menos difíciles de copiar para los competidores. Solo se desarrollan las ventajas competitivas sobre la base de las competencias organizacionales que posea la empresa y la obtención de estas son el fruto de una planeación empresarial coherente, persistente y ejecutada con total disciplina.
  1. Atracción y retención del talento. El talento se atrae y se puede retener de muchas maneras, entre las cuales está la asignación de remuneraciones económicas superiores a las del promedio de la industria, el ofrecimiento de un clima laboral verdaderamente diferente en el que las personas realmente se sientan partícipes del proyecto empresarial, en la que sus aportes intelectuales realmente se valoren y se implementen; también se atrae el talento cuando la organización se rige en la realidad por valores que son auténticos y estos son compartidos por las personas que trabajan en ella. La reputación que tenga la organización, en el medio en el que se desenvuelve, es un factor definitivo en el mayor o en el menor sentido de pertenencia que tengan los empleados hacia ella.
  1. Desarrollo de proveedores estratégicos. Muchas organizaciones han creado programas muy fuertes para el desarrollo de proveedores estratégicos con los que ayudan a estos a construir las competencias organizacionales necesarias para ser competitivos y de paso hacer muy fuerte la cadena de valor de sus clientes. No sobra advertir que esa transferencia de conocimiento y de tecnología debe hacerse con todas las precauciones del caso, de modo que se minimice el riesgo de fuga de información sensible para la organización mentora.
  2. Atracción de Inversionistas. Los fondos de capital prefieren empresas no solo prósperas y de gran reputación, sino que tengan un gobierno corporativo sólido y transparente. Políticas claras, códigos de conducta y equilibro entre las partes interesadas en la organización generan la confianza necesaria para compartir riesgos y asegurar retornos justos.
  1. Ganar el respaldo de las comunidades. Un aspecto no menos importante que los anteriores tiene que ver con la relación entre las organizaciones y las comunidades en las que están inmersas. Hay marcas que por su alto valor y reputación valorizan los activos que poseen las personas que están alrededor de su zona de operaciones. Ninguna comunidad quiere tener de vecina a una organización que contamina el medio ambiente, que entorpece la movilidad y que deteriora las condiciones de la zona geográfica en la que opera. Afortunadamente existen bastantes organizaciones que con su sola presencia generan orgullo y entusiasmo en sus vecinos, potencian la valorización de los inmuebles del sector y generan progreso a su alrededor. Son organizaciones socialmente responsables que se preocupan por construir tejido social y por fortalecerlo en el tiempo.

Si aceptamos que existen fórmulas para lograr el éxito empresarial, que están probadas y demostradas y que existen muchísimos casos de éxito que las respaldan, por qué entonces aún persisten empresas o mejor empresarios que se empeñan en recorrer la senda equivocada? La respuesta yace en una profunda crisis de valores, donde prima la ley del menor esfuerzo. Otros, por falta de formación o escepticismo, se aferran a lo conocido: «Seguimos haciéndolo así porque siempre ha funcionado». A este último grupo va dirigida esta reflexión.

En algún momento de la vida de las empresas estas pueden llegar a desarrollar un buen producto o un excelente servicio y contrario a lo que la mayoría piensa, este momento no es el culmen de la organización, es el principio de un camino; el camino que se debe recorrer para garantizar la sostenibilidad de lo alcanzado, lo que maximiza el valor para todos los interesados en la organización.

Son incontables los casos de buenos productos que no han logrado trascender en el mercado por la falta de una visión clara y de una estructura empresarial coherente con esta, que la soporte. El éxito empresarial no está reservado para las grandes corporaciones, el éxito empresarial está reservado para todos aquellos que decidan salir tras el para alcanzarlo, es así de simple.

Un excelente punto de partida para iniciar este camino sería fundamentarse en valores, sí. En la medida en que el accionar de una organización se fundamente en valores positivos, se hará más fácil avanzar en el camino hacia el éxito. Una vez se identifiquen los valores que nos mueven, podemos comenzar a trabajar de una manera sostenible en la generación de ventajas competitivas, en la atracción y retención del mejor talento humano, en el desarrollo de proveedores estratégicos, en la atracción de capital fresco que permita un crecimiento acelerado y en la generación de relaciones beneficiosas con las comunidades alrededor  de las empresas. Una visión coherente sumada al pensamiento de largo plazo son ingredientes infaltables en la receta del éxito en los negocios. Estos son los cinco pilares en los que se puede soportar la competitividad empresarial desde su entorno interno.  Los factores exógenos que están por fuera del alcance de la organización y que la afectan positiva o negativamente tendrán que ser identificados rápidamente para encontrar maneras eficientes de adaptarse a ellos.

En un ambiente social bastante hostil, cambiante y agresivo, la respuesta al interrogante que plantea el titular de este texto definitivamente se puede resumir en que para ganarle a aquellos que no quieren competir, es necesaria e inaplazable la creación de ventajas competitivas sostenibles, sustentadas en valores y basadas en el equilibrio de las partes interesadas en la organización, para que en el mediano y en el largo plazo esta se destaque en la industria y gane la preferencia de los clientes.

La base de un mercado equilibrado es la libre competencia, pero esta libre competencia debe ser para todos, sin ventajas ocultas en favor de nadie. Debemos innovar en los productos y en los servicios, así como en los procesos de la cadena de valor y en los demás de las empresas, no en la manera de obtener ventajas indebidas ante los competidores. Se debe trabajar en perfeccionar la oferta de valor. Podemos iniciar simplemente identificando nuestros valores como personas y como organización, para lo demás existen expertos conocedores en cada uno de los temas y áreas del conocimiento. Dejemos ya la falsa creencia de pensar que todo lo sabemos y que no necesitamos la ayuda de nadie. Nada más equivocado, ni más autodestructivo para las propias organizaciones que pensar de esa manera. Por el contrario, conviene entender y aceptar que en el mundo actual hay una gran proliferación de técnicas, conocimientos y tecnologías bastante amplias y complejas, necesarias para las organizaciones, que hacen imposible que una sola persona las domine con suficiencia.

Considero que el empresario debe dedicar sus esfuerzos y enfocarse en especializar y perfeccionar sus productos y servicios de modo que los competidores no los logren imitar rápidamente y dejar en manos expertas y conocedoras los temas que aunque no sean propios del corazón del negocio, si son vitales para su sostenibiliad.   

 

REFERENCIAS:

Artículo de opinión personal sobre la gestión empresarial moderna.

Juan Pérez

Lorem fistrum por la gloria de mi madre esse jarl aliqua llevame al sircoo.

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